Fundamentación
Hay sabemos que 1/3 de la satisfacción de los clientes depende de la calidad de la infraestructura, de las comidas, las habitaciones, las bebidas, de los productos, y 2/3 dependen de la atención que brinda el prestador del servicio, es decir el recepcionista, la camarera, el mesero o garzón, el gerente y todos aquellos que tienen contacto directo con los clientes.
La fuerza y forma en que se desarrolla la atención a las personas, depende de la calidad de los servicios recibidos y especialmente de los contactos (amistosos, indiferentes o de desagrado) entre prestadores de servicios y clientes. El cumplimiento a la promesa básica de servicio más los contactos influenciarán la imagen, positiva o negativa, que los visitantes se lleven del hotel o restaurante, la que tendrá influencias sobre su deseo de regresar o no, y tan importante como lo anterior, sobre las recomendaciones positivas o negativas que estos hagan a sus pares, parientes y amigos sobre los servicios /experiencia recibida. La reputación es la medida que nos rige en esta nueva era Post Covid19.
Por tanto, se hace indispensable que los prestadores de servicios hoteleros y de restoración, interactúen en un ambiente relacional, aceptando como válido y común, un conjunto de normas básicas de relacionarnos. Ello, en última instancia actúa como “buenas prácticas Post Covid19”, que aseguran al turista una experiencia segura, moderna, de la mejor calidad reconocible.